Secretos Marinos Bajo la Luna Llena: Una Serenata de Misterio en el Puerto

2025-05-23
Secretos Marinos Bajo la Luna Llena: Una Serenata de Misterio en el Puerto
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La antigua piedra, testigo silencioso de incontables mareas, se extendía hacia la oscuridad profunda del puerto. Una silueta solitaria apuntaba hacia la inmensidad del océano, mientras una brisa salada cargaba el aire con el aroma inconfundible de algas marinas y la promesa de una lluvia distante – un olor que siempre evocaba la sensación de hogar.

Pero esta noche, el ambiente era diferente. El aire se mantenía quieto, expectante, como si contuviera la respiración. Arriba, la luna de medianoche, radiante y plateada, se alzaba majestuosa sobre un mar de estrellas. Su luz suave y etérea transformaba la superficie del agua en un espectáculo deslumbrante, un campo infinito de diamantes líquidos que brillaban con una intensidad hipnótica.

El único sonido que rompía el silencio era el susurro constante de los árboles de la piedra, una nana suave y delicada que se entrelazaba con los secretos silenciosos del océano. Me apoyé contra la vieja piedra, sintiendo la humedad de la noche en mi piel, y me dejé envolver por la atmósfera mágica que se cernía sobre el puerto.

De repente, un murmullo distante llegó a mis oídos. Al principio, pensé que era el viento jugando entre las rocas, pero a medida que me concentraba, reconocí una melodía. Era una serenata, una canción antigua y melancólica que parecía surgir de las profundidades del océano. La voz, suave y resonante, se elevaba sobre las olas, narrando historias de amores perdidos, tesoros hundidos y criaturas marinas míticas.

La música me transportó a otro tiempo, a una época en la que los marineros contaban historias de barcos fantasmas y sirenas cautivadoras. Sentí una conexión profunda con el mar, con su poder y su misterio. La serenata continuó, llenando el puerto de una atmósfera de magia y nostalgia.

Mientras la última nota se desvanecía en la noche, un escalofrío recorrió mi espalda. La luna brillaba con más intensidad, revelando la silueta de una figura en la distancia. Era una mujer, vestida con un vestido blanco y largo, que se alzaba sobre las olas. Su rostro estaba oculto por la sombra, pero sus ojos brillaban con una luz extraña y penetrante.

¿Era una visión, un sueño, o la realidad? No lo sé. Pero una cosa es segura: esa noche en el puerto, bajo la luna llena, presencié algo que nunca olvidaré. Los secretos del mar son profundos y misteriosos, y a veces, si tenemos la suerte de escuchar, pueden revelarnos fragmentos de su fascinante historia.

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